Nuestra Historia

Hace muchos años, en un pequeño pueblo rodeado de exuberantes campos de frutas, una madre tenía una pasión profunda por la naturaleza. Vivía trabajando y recolectando frutas para alimentar a sus dos hijos, llenaban sus canastos de frutas y sus corazones de nostalgia por los días de verano que pasaban entre los árboles.

Un día recolectando, sin notarlo caminaron hasta el corazón del bosque. En una pequeña choza abandonada encontraron un tesoro que cambiaría sus vidas para siempre: una vieja paila de cobre, brillante y reluciente como el sol de mediodía. La paila había pertenecido a la abuela de la madre de los niños, quien solía hacer las mejores mermeladas del pueblo. Este hallazgo despertó en ellos una idea audaz y emocionante.

Inspirados por el hallazgo decidieron revivir la antigua artesanía de hacer mermeladas. Comenzaron a recolectar frutas entre los tres, seleccionando cuidadosamente las más jugosas y maduras. En su paila de cobre centenaria, cocinaban lentamente estas frutas, para capturar la pureza de los sabores que habían conocido desde su infancia.

Con cada frasco que creaban, sentían que estaban conservando un pedazo de su legado familiar y compartiendo el sabor de su tierra con el mundo. Sus amigos y vecinos pronto se enamoraron de sus mermeladas, fue ahí cuando "Paila de Cobre" nació oficialmente.

Hoy, "Paila de Cobre" es mucho más que una marca de mermeladas; es la encarnación de una pasión compartida por la fruta y las pailas de cobre.